[UN BESO]

Ella movió las piernas por la acera a un ritmo escandaloso en un sentido y dirección fijos. Lo había echado tanto de menos, estaba claro que los mensajes no bastaban. Ella había extrañado su voz, sus ojos y sus manos; pero sobretodo aquella increíble sonrisa que tenía para ella que le hacía sentir más que única... le hacía sentir indispensable.

Sin embargo, ella estaba decidida a dar el paso. Tenía otras emociones dentro de sí, que esperaba que, con suerte, él no las notara. Estaba totalmente nerviosa, dentro de su cabeza había un caballo al galope que no dejaba de dar vueltas. Todos esos pensamientos la tenían loca, y sabía que no podría aguantar a ese caballo más tiempo en su cabeza, o estallaría. Estos días sin él le habían servido para pensar, "y mucho", se dijo por dentro. Era ahora o nunca.

Estaba a pocos pasos de él cuando se paró abruptamente. Como ya supo, él lucía esa increíble sonrisa de siempre, esta vez un poco ladeada por la sorpresa de haberla visto correr tan deprisa solo por verle. Ella se encontraba sin palabras, tanto tiempo había pasado, tantas horas lo había pensado tendida en su cama, que ahora no sabía que decir.

-Ey-, dijo él, mientras sonreía. Y esa sola palabra junto a esa increíble sonrisa, bastó para que perdiera la cabeza.

Ella se quedó ensimismada, cayó dentro de esa sonrisa y se sumergió en sus labios. Daba igual que todo el mundo mirara, e incluso alguno silbara, para ella solo estaban ellos dos, era su momento. Era ahora o nunca, al fin y al cabo.